Esta fuente de piedra volcánica fue importada de Puerto Vallarta, México, en la segunda mitad de la década de 1990. Es propiedad de los dueños del Bar Facal.
Al poco tiempo de la instalación de la fuente comenzaron a aparecer espontáneamente candados en ella. Su popularidad se debe a que los candados simbolizan una promesa de amor por parte de quienes los dejan allí.