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Casa azul en Cerrito

Autoría: Lucía Martí / Centro de Fotografía – IM
Autoría: Luis Alonso / Centro de Fotografía – IM

El barrio Cerrito de la Victoria se encuentra caracterizado por su cerro de 72 metros de altura, lugar privilegiado por su vista y elegido como punto de vigilancia en sucesivos sitios militares. Su nombre se debe a la victoria de las tropas revolucionarias ante las españolas el 31 de diciembre de 1812. 

Entre 1843-1851, las contiendas militares vuelven a sucederse con el sitio de la Guerra Grande, en donde Manuel Oribe instaló en el Cerrito su sede de gobierno, paralelo y contrario al gobierno de Montevideo en la actual Ciudad Vieja. Este suceso propició la instalación de familias, generando una urbanización que hacia el siglo XX ya formaba parte del resto de la ciudad. 

En este contexto de barrio humilde de gente comunitaria, de vecinos criollos e inmigrantes combativos se comenzaron a construir viviendas. Vivían soldados, obreros, pequeños productores que cultivaban hortalizas y se dedicaron al ganado lechero en torno a lo que era la cañada del Cerrito y el actual arroyo Miguelete.

Hacia las décadas del 1930 y 1940 se instaló una considerable cantidad de fábricas. Estas eran una de las fuentes laborales más importantes del barrio. Para este proceso de construcción de identidad barrial los inmigrantes africanos fueron una parte esencial ya que mediante sus tradiciones rituales legaron a la zona de una fuerte presencia del candombe. 

En 1926 fue inaugurado el Santuario Nacional del Cerrito de la Victoria (o simplemente Iglesia del Cerrito) que se transformó en la referencia del barrio. Es uno de los templos católicos más grandes de Montevideo.

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